Una boda siempre es un acontecimiento importante en el que novia y novio,  principalmente la novia, quieren lucir espléndidos, por lo especial del día y el recuerdo imborrable del acto. Pocas veces, sin embargo, cuando se habla de una boda, o se plantean sus atuendos, se tienen en cuenta los aspectos relativos a la preparación del novio, que siempre queda relegado a ser la otra parte del encuentro, aquella otra persona de la que poco se habla.

Es más, mientras que el traje de la novia siempre queda oculto como novedad para el día del enlace, existe el mito bastante extendido en nuestra sociedad de que los hombres odian los preparativos de la boda, por lo cual son muchas las parejas en que la mujer, junto a sus familiares más allegados, preparan el atuendo del propio novio.

Pero las cosas van cambiando, y cada día hay más aspectos relativos a la preparación del novio para el enlace, desde el peinado y corte de pelo hasta la elección del traje, que van pasando por sus propias manos. Algunos prefieren un peinado moderno, elegante y sofisticado; otros, se deciden por un corte más tradicional del que no se sientan avergonzados con el paso del tiempo.

En lo referente a la indumentaria, esta debe ir en consonancia y a la altura de la elegancia que lucirá su pareja, ya se elija el traje o el chaqué, según preferencias. Este último, más elegante pero más clasico, suele ser adecuado para enlaces más tradicionales, si bien con un cambio de colores en el chaleco u otros aspectos podemos aportar originalidad e informalidad.

El traje, por su parte, es el atuendo estrella para los enlaces nupciales, aunque, ya sabemos, no debe confundirse con un traje común, sino que debe destacar por su elegancia y calidad. También aquí podemos jugar con el color, las rayas o los detalles de la corbata, sin que debamos pasar por alto otros detalles no menos importantes: gemelos, zapatos, reloj…

En cualquiera de los casos, el objetivo final es la búsqueda de la elegancia y consonancia con la novia, así como la propiedad y adecuación para un día tan especial, que debe ser memorable.