La primera boda subacuática en México se realizó hace tan solo unos días. Los protagonistas, Ángel y Ana aceptaron unir sus vidas a 10 metros bajo el agua rodeados de la belleza natural del Cenote de Nohmozón, ubicado en Tecoh, Yucatán. La boda se realizó a medio día, donde los enamorados descendieron a las profundidades del cenote con sus respectivos trajes tradicionales, tanques de gas, familia y amigos más cercanos.
El enlace matrimonial siguió la tendencia que se ha vuelto más popular en el mundo. Las bodas subacuáticas fueron creadas para aquellas parejas que buscan nuevas alternativas para casarse y rodearse de adrenalina, naturaleza y coloridos peces.
El ritual puede leerse sencillo, sin embargo implica algo más que amor y compromiso. Los novios compartieron aire, con lo que demostraron la confianza y cercanía, intercambiaron luces como símbolo de que el amor es la luz que los guiará y mantendrá unidos, siguieron la línea de la vida, regla de oro en el buceo, que significa que juntos encontrarán la salida a cualquier problema que se les presente y recorrieron la periferia del cenote, como parte de la exploración obligatoria que harán juntos en esta nueva vida que comparten.
La ceremonia finalizó con un baile submarino y un paseo en el que el ya esposo guió a su mujer hasta la superficie donde, entre aplausos y silbidos, se encontraron con sus familiares y amigos.
La pareja se casó por lo civil este mes y en las próximas semanas realizarán también su matrimonio religioso, así que esta opción es un extra que además de dar adrenalina al amor, hace del enlace matrimonial algo único.